Carbohidratos simples y complejos: lo que hay que saber sobre ellos

Nutricosmética - 28 09 16

En nuestros centros certificados un aspecto esencial es la completa formación en nutrición. La nutricosmética y la alimentación están íntimamente ligadas, por lo que es fundamental conocer a fondo las reacciones químicas que operan en nuestro cuerpo. Primero, para diagnosticar correctamente; segundo, para que el tratamiento prescrito y la dieta sean los mejores aliados. En este aspecto, he visto que mucha gente tiene dudas sobre los carbohidratos, esa palabra que últimamente parece maldita. ¿Son tan malos los carbohidratos? ¿Los necesitamos? ¿En qué medida? Voy a tratar de explicarlo en este post.

¿Qué son los carbohidratos?

Los carbohidratos, también conocidos como hidratos de carbono, glúcidos o sacáridos, son biomoléculas cuya función principal es aportar energía inmediata al ser vivo que las consume. También alimentan nuestro sistema nervioso. Se pueden encontrar tres principales tipos de carbohidratos en los alimentos: azúcares, almidones y fibra. El cuerpo necesita las tres formas de carbohidratos para funcionar correctamente; es más, este grupo de alimentos es el principal en nuestra alimentación; por lo tanto, no solo no son malos, sino que son la base de nuestra dieta.

Entonces, ¿por qué la gente se empeña en decir que los carbohidratos son tan nocivos para la salud? Porque se tiende a asociar carbohidratos con carbohidratos de absorción rápida. Pero esto lo veremos más adelante.

Tanto los azúcares como los almidones son descompuestos en glucosa por el cuerpo para convertirlos en su fuente de energía. La fibra, sin embargo, no se descompone: nos ayuda a saciarnos. Hay dos tipos de fibra: la soluble y la insoluble. La primera ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre y a reducir el colesterol; la segunda, en esencia, mejora nuestro tránsito intestinal para poder evacuar de manera regular.

¿Dónde encontramos cada tipo de carbohidrato?

  1. Azúcares. De manera natural, los podemos encontrar en las frutas y en los lácteos. De manera artificial, en numerosos alimentos procesados, que además aportan azúcares refinados (los peores posibles). Azúcar añadido encontramos en golosinas, galletas, pastelería y panadería industrial, bebidas carbonatadas no dietéticas, jarabes como los que se añaden a la fruta en almíbar… Además, numerosos productos como las salsas y aderezos, las aguas con sabor (algunas de las marcas), conservas de tomate (se aporta para eliminar la acidez), etcétera, añaden azúcar a sus preparaciones.
  2. Almidones. También conocidos como féculas, los encontramos de manera natural en las legumbres, verduras como judías verdes o patatas, cereales integrales… Ahora bien, al igual que en el caso de los azúcares, el almidón también puede provenir de harinas refinadas, en cuyo caso el aporte nutricional es mucho menor: arroz blanco, pan blanco, galletas saladas…
  3. Fibra. Entre los alimentos más ricos en fibra se encuentran la mayoría de los vegetales y las frutas, los frutos secos, las semillas, los cereales y el arroz integral. La mayoría de ellos son, además, ricos en fibra soluble.

¿Por qué se habla tan mal de ellos?

Ya he ido dando pinceladas, pero lo explico. Además de la anterior división, hay carbohidratos de absorción lenta, complejos o de bajo índice glucémico, y de absorción rápida, simples o de alto índice glucémico. Trataré de explicar este proceso.

Como decía anteriormente, los carbohidratos (azúcares y almidones) se descomponen en hidratos de carbono simples que pasan a la sangre. Cuanto más rápido lo hagan, más glucosa en sangre; eso implica que el páncreas se pone a trabajar para liberar insulina. Si la insulina se eleva rápidamente, la consecuencia es un aumento de la sensación de hambre.

  1. Los carbohidratos de absorción lenta tardan más en transformarse en glucosa: son moléculas más complejas, y necesitamos más tiempo para convertirlas en moléculas simples. Eso implica que el proceso del que hemos hablado se realiza lentamente; se traduce, por tanto, en una mayor sensación de saciedad y en una actividad menos veloz del páncreas. Deberían conformar el grueso de los carbohidratos que consumimos. Los encontramos en algunas frutas, verduras, arroz integral, cereales integrales, etcétera. Suelen tener un alto contenido en fibra, lo que influye decisivamente si hacemos dietas de adelgazamiento: nos mantienen llenos por más tiempo y ayudan a arrastrar parte de las calorías que no necesitamos.
  2. Los de absorción rápida tienen un alto índice glucémico. Eso quiere decir que el páncreas libera a toda prisa insulina, lo que hace que tengamos una rápida sensación de hambre. Sucede que estos hidratos de carbono son pobres en fibra, lo que además eleva la posibilidad de engordar.

En resumidas cuentas, son los hidratos de carbono de alto índice glucémico los que debemos evitar o reducir al máximo. Tanto si contemplamos perder peso como para mantener, en general, una calidad de vida saludable.

¿Cómo debemos alimentarnos?

En general, y salvo prescripciones en contra (diabetes, etcétera) los carbohidratos deben conformar entre un 45 y un 60% de nuestras calorías diarias; las proteínas, entre un 12 y un 20% y las grasas, entre un 20 y un 35%. Por lo tanto, insisto en la importancia de este grupo de nutrientes. También, en que debemos consumir, principalmente, aquellos de absorción lenta. Incluso si estamos a dieta.

Las grasas deben provenir fundamentalmente de alimentos de origen vegetal. Son grasas saludables, por lo que la proteína que ingerimos deberá ser lo más magra posible. Estos son los conceptos básicos a tener en cuenta en una dieta, especialmente si es de adelgazamiento.

Espero haber aclarado vuestras dudas sobre los hidratos de carbono; las dudas sobre los mismos me venían, principalmente, de personas que querían controlar su peso o perder algunos kilos. Por lo tanto, permitidme que os cuente cómo puede 180 the concept ayudaros a lograr vuestro objetivo más rápidamente y con mayor eficacia.

carbohidratos-principal

El trío de fórmulas 180 the concept para perder peso

En nuestros centros certificados, cuando alguien solicita perder peso, nuestros profesionales les dan pautas dietéticas que se mueven en los parámetros indicados. No obstante, y puesto que nuestros diagnósticos son absolutamente personalizados, dichas pautas varían mucho entre una persona y otra. Para que los objetivos propuestos se cumplan y se prolonguen en el tiempo, contamos con un magnífico trío de fórmulas para este fin.

  1. Entre nuestras fórmulas se encuentran los ácidos grasos esenciales omega 3, de los que te hablé en el post anterior. Cuando el organismo recibe el aporte adecuado de omega 3, sus beneficios adelgazantes entran en acción. Además, ayuda a que el proceso de reducción de grasa en el organismo se realice de forma correcta.
  2. El ácido alfa lipoico es un potente antioxidante que actúa, además, como antiinflamatorio, lo que contribuye poderosamente a la hora de perder peso de manera inteligente y eficaz.
  3. Por último, contamos con el CLA (ácido linoleico conjugado). Numerosos estudios certifican que esta sustancia contribuye a reducir la grasa, en especial la de la zona abdominal, y remodela la figura. Eso sí, siempre que lo combinemos, como decíamos, con dieta sana y ejercicio. Sin hacer una vida activa, el CLA deja de ser efectivo. Además, esta fórmula ayuda a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre.

Estamos en la época perfecta para afrontar una dieta que nos ayude a perder peso; si queremos que su eficacia aumente exponencialmente, cuentas con el trío nutricosmético 180 the concept. Solo te queda pedir cita en tu centro certificado más cercano y dejarte asesorar por nuestros profesionales de la estética. Te mereces sentirte mejor. Y podemos ayudarte.