Carbohidratos simples y complejos: lo que hay que saber sobre ellos

Nutricosmética - 19 03 20

Un aspecto esencial  para nuestra firma es el conocimiento profundo sobre nutrición. La nutricosmética y la alimentación están íntimamente ligadas, por lo que es fundamental conocer a fondo las reacciones químicas que operan en nuestro cuerpo. Esencial para diagnosticar correctamente y para que el tratamiento prescrito y la dieta sean los mejores aliados. Mucha gente tiene dudas sobre los carbohidratos y más aún sobre carbohidratos simples y complejos, esa palabra que últimamente parece maldita. ¿Son tan malos los carbohidratos? ¿Los necesitamos? ¿En qué medida? Te lo contamos todo en este post.

¿Qué son los carbohidratos simples y los carbohidratos complejos?

Los carbohidratos, también conocidos como hidratos de carbono, glúcidos o sacáridos, son biomoléculas cuya función principal es aportar energía inmediata al ser vivo que las consume. También alimentan nuestro sistema nervioso. Se pueden encontrar tres principales tipos de carbohidratos en los alimentos: azúcares, almidones y fibra. El cuerpo necesita las tres formas de carbohidratos para funcionar correctamente. Este grupo de alimentos es el principal en nuestra alimentación, por lo tanto, no solo no son malos, sino que son la base de nuestra dieta.

El organismo transforma esos carbohidratos en glucosa, que después se transforma en energía para las células, tejidos y órganos.

Entonces, ¿por qué la gente se empeña en decir que los carbohidratos son tan nocivos para la salud? Veamos primero los tipos de carbohidratos que hay.

Los carbohidratos simples, pasan muy rápido al torrente sanguíneo. Son una fuente de energía inmediata. Podemos obtenerlos con frutas y lácteos o en su peor vertiente en azúcar, jarabe de maíz, maltosa y alimentos procesados.

Los carbohidratos complejos, presentan la unión de tres azúcares o más, por lo que el cuerpo tarda más en digerirlos. Entre estos se encuentran la fibra y los almidones. Tardan  más tiempo en convertirse en glucosa, de ahí que los llamemos de absorción lenta. Al tardar más en asimilarse evitan el pico inmediato de azúcar en sangre y proporcionan energía durante más tiempo.

¿Dónde encontramos los carbohidratos simples y complejos?

  1. Azúcares. De manera natural, los podemos encontrar en las frutas y en los lácteos. De manera artificial, en numerosos alimentos procesados, que además aportan azúcares refinados (los peores posibles). Azúcar añadido encontramos en pastelería y panadería industrial, bebidas carbonatadas, jarabes, etc.  Además, numerosos productos como las salsas y aderezos, algunas aguas con sabor, conservas de tomate, etc. añaden azúcar a sus preparaciones.
  2. Almidones. También conocidos como féculas, los encontramos de manera natural en las legumbres, verduras como judías verdes o patatas, cereales integrales. Ahora bien, al igual que en el caso de los azúcares, el almidón también puede provenir de harinas refinadas, en cuyo caso el aporte nutricional es mucho menor: arroz blanco, pan blanco, galletas saladas.
  3. Fibra. Entre los alimentos más ricos en fibra se encuentran la mayoría de los vegetales y las frutas, los frutos secos, las semillas, los cereales y el arroz integral. La mayoría de ellos son, además, ricos en fibra soluble.

carbohidratos simples y complejos

¿Por qué se habla tan mal de ellos?

Los carbohidratos (azúcares y almidones) se descomponen en hidratos de carbono simples que pasan a la sangre. Cuanto más rápido lo hagan, más glucosa en sangre. Eso implica que el páncreas se pone a trabajar para liberar insulina. Si la insulina se eleva rápidamente, la consecuencia es un aumento de la sensación de hambre.

  1. Los carbohidratos de absorción lenta tardan más en transformarse en glucosa. Son moléculas más complejas, y necesitamos más tiempo para convertirlas en moléculas simples. Eso implica que el proceso del que hemos hablado se realiza lentamente. Se traduce, por tanto, en una mayor sensación de saciedad y en una actividad menos veloz del páncreas. Deberían conformar el grueso de los carbohidratos que consumimos. Los encontramos en algunas frutas, verduras, arroz integral, cereales integrales, etcétera. Suelen tener un alto contenido en fibra, lo que influye decisivamente si hacemos dietas de adelgazamiento. Nos mantienen llenos por más tiempo y ayudan a arrastrar parte de las calorías que no necesitamos.
  2. Los de absorción rápida tienen un alto índice glucémico. Eso quiere decir que el páncreas libera a toda prisa insulina, lo que hace que tengamos una rápida sensación de hambre. Sucede que estos hidratos de carbono son pobres en fibra, lo que además eleva la posibilidad de engordar.

En resumidas cuentas, son los hidratos de carbono de alto índice glucémico los que debemos evitar o reducir al máximo. Tanto si contemplamos perder peso como para mantener, en general, una calidad de vida saludable. No confundamos carbohidratos simples y complejos y eliminemos todos de nuestra dieta.

¿Cómo debemos alimentarnos?

Suena evidente, pero quizás no lo es, debemos alimentarnos con la cabeza, y no con las emociones. Evitar ataques compulsivos de comida, que curiosamente nos piden azúcares y no brócoli. Debemos incluir todos los grupos de alimentos, incluidos los carbohidratos, dando prioridad a los complejos.

Aumentar consumo de fruta, verdura y proteína, tratando que la de origen animal sea lo más magra posible. Evitar productos ultraprocesados, harinas refinadas, y calorías vacías, es decir, esos alimentos que no nos proporcionan ningún nutriente pero sí grasas y azúcares, como la bollería industrial.

Si lo que deseáis es bajar de peso, antes de reducir drásticamente los carbohidratos, ayúdate con la Nutricosmética 180 the concept.

 

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Mencionamos este plan porque tiene algunos ingredientes que precisamente ayudan a transformar la glucosa en energía, fundamental para optimizar los beneficios cuando consumimos carbohidratos. Os hablaremos en profundidad de este plan en otros posts pero si es interesante hablar del funcionamiento de algunos de sus ingredientes.

El Ácido Alfa Lipólico no solo favorece la glicólisis, sino que propicia la transformación de la glucosa en  energía.Esto sucede porque actúa sobre el ciclo de krebs, donde la energía de los carbohidratos se libera en forma de ATP.

En ese plan otro ingrediente clave te ayuda a evitar los ataques compulsivos de comida, que te llevan a consumir más carbohidratos de los necesarios, se trata del Triptófano, precursor de neurotransmisores como la serotonina o la melatonina.

Nuestro consejo es que no temas a los carbohidratos como el peor enemigo de tu diera, inclúyelos y trata de priorizar los complejos sobre los simples, evita los que no tienen ningún valor nutricional, como la bollería industrial, y trata de mantener siempre una dieta equilibrada.