Buena postura, Cuerpo nuevo

postura

En ocasiones creemos que lo que a nuestro cuerpo le falta es deporte, musculación, dieta de adelgazamiento, o por el contrario ganar peso… y que nuestro tipo mejoraría con una cirugía. Son pocas las personas a las que se les ocurre que tal vez, tras la falta de armonía de su cuerpo, no se esconda otra cosa sino una mala postura.

La postura nos forma

Nuestros hábitos posturales hacen que carguemos más unos grupos musculares que otros, fomentan la acumulación de grasa en determinadas zonas y van “esculpiendo” de forma errónea y poco alienada nuestro cuerpo. Por eso la reeducación de postura puede rehacernos, cambiar nuestros hábitos y con ellos nuestro cuerpo. Es habitual que la persona que comienza una terapia de reeducación postural la termine con algún centímetro más de estatura. Y es que un efecto típico de la mala postura es el acortamiento de la silueta. Pero no solo eso. Reeducar a nuestro cuerpo de acuerdo a sus formas, puede suponer la desaparición de dolores habituales y de problemas musculares.

Hace más de 30 años que se introdujo en España la técnica y sin embargo hoy día sigue siendo poco conocida popularmente. Sin embargo el pilates, que por otro lado puede ser un apoyo enorme para la mejora de la postura, se ha convertido en una práctica habitual entre los españoles interesados en el deporte. Tanto esta técnica como el yoga tienen un efecto en la mejora de la postura, pero no el resultado de un programa personalizado de reeducación postural.

Y es que esta técnica tiene que trabajarse individualmente. El fisioterapeuta o kiniesólogo (siempre con formación postgrado en Educación Postural) valorará al paciente haciendo un estudio de sus movimientos y sus posturas estáticas. Será determinante la observación de los pies (base de toda postura) y se trabajará mucho con ellos y sus puntos de apoyo.

El profesional elaborará una tabla de ejercicios muy personalizada para que el paciente trabaje en su autocorrección. La terapia también será manual y el terapeuta recolocará el cuerpo y hará masajes para relajar cadenas musculares en tensión. Las sesiones, de 50 minutos, deberán repetirse semanalmente.

Tras 20 citas después es posible que alguien pregunte al paciente qué le ha pasado, si se ha hecho algo, por qué ha mejorado tanto su aspecto… sin que se le pase por la cabeza que el mismo cuerpo puede cambiar tanto solo con una buena alineación.

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